Los
 juguetes siempre han desempeñado un papel importante en la vida de los 
niños. Con frecuencia reflejan la cultura del momento e indican los 
cambios culturales y las tendencias sociales, tal y como se puede ver en
 los museos y las bibliotecas de juguetes alrededor del mundo.
A 
pesar de que los juguetes de hoy día parecen ser diferentes a los de 
antaño, el propósito de los juguetes siempre ha sido el mismo: llevar 
alegría y placer, y crear oportunidades para incrementar el aprendizaje y
 el desarrollo infantil.
Los juguetes añaden magia y emoción al 
aprendizaje sobre la vida, el funcionamiento de las cosas y cómo 
llevarse bien con los demás.
Saber escoger los juguetes que fomenten el juego sano, amplía el desarrollo cognoscitivo, físico y social del niño. Los juguetes que fomentan la creatividad y la imaginación en los niños, por lo general, son los que se utilizan una y otra vez.
Un
 buen juguete puede y debe estimular la imaginación y el entusiasmo del 
pequeño, y enriquecer el escenario del juego, favoreciendo la 
interacción. El juguete, además, crece con los niños, y lo hace de forma
 distinta para cada uno de ellos. A veces, el juguete favorito de un 
pequeño, que le acompaña a todos los sitios, queda arrinconado, 
sustituido por otro. Otras, un juego que hemos regalado a un niño no le 
gusta a otro de su misma edad, tal vez porque prefiere juegos más 
activos, o porque es más retraído, o, simplemente, porque cada niño es 
diferente.
Cuando escojas un juguete para tu hijo, 
siempre presta atención a la edad para la cual se recomienda. Busca 
juguetes que vayan a la par con los intereses y el nivel de desarrollo 
del niño. El juguete adecuado, en el momento adecuado, enriquecerá la 
experiencia de juego del niño y sentará las bases de su aprendizaje.
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